martes, 15 de marzo de 2011


A la mujer
Jairo Oyaga Armenta

La vida es hermosa a pesar de los tropiezos que nos brinda, 
igual que la mujer es como una rosa, tierna, delicada y sensual
 
a pesar de las espinas.

Todas son extraordinarias, nos dan vida, nos hacen sentir felices
 
y nos cautivan,
 
aunque algunas nos lastiman.

Somos lo que somos gracias a ellas
 
que en su plan de madres, hermanas o de hijas,
 
son los seres más preciosos
 
que ha creado Dios en sus días.

Y ni qué decir de las esposas o amigas que nos quieren,
 
nos perdonan y nos miman o, nos recogen, nos amasan
 
y nos tiran,
 
somos suyos mientras vivan
.

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